Sí, las rebajas tienen un lado oscuro, pero también un lado favorable. Cuál es cuál?Realmente, para qué sirven las rebajas.
En décadas pasadas, hasta hace unos 10 años, servían para adquirir esas prendas y accesorios de moda (u otros productos) que habíamos visto durante los inicios de temporada a precios que no podíamos, o no queríamos, adquirir y que gracias a este período tan deseado nos veíamos con la suerte de obtenerlas.
A veces era como un juego, como una ruleta rusa, "me chiflan estos botines, pero voy a esperar a las rebajas, tal vez ya no estén en mi número, pero me la juego". Luego llegaba el día 7 (de julio o de enero) y rápidamente nos dirigíamos ahí donde le habíamos echado el ojo a los botines, la camisa, el abrigo o al sofá! Y qué ilusión y, a la vez, satisfacción de ver que sí, aún estaban esperando a ser vendidos a un precio algo menos abusivo, tal vez más sensato y como mucho un chollo del que fardar con los amigos y la familia.
Pero, y ahora, ¿sentimos lo mismo? Uhmm, creo que no. Para empezar, esas míticas fechas ya no poseen el mismo sentido que hace unos años. Las leyes comerciales han variado, la competitividad entre comercios, grandes cadenas, marcas, etc. es brutal y en cualquier momento se ofrecen ofertas, descuentos, días especiales sin IVA, y cualquier cosa que suene a rebajas pero sin nombrarlas, que está prohibido.
Durante las legales rebajas tampoco se suelen vender los productos de la temporada. Bueno, las boutiques, pequeños comercios sí, pero las grandes cadenas no.
Pero hablo de moda que es lo que más entiendo. Los saldos que esperamos encontrar en las grandes cadenas, que son las únicas que pueden vender saldos, son llamados así por la calidad de su confección, tejidos y diseño. Estos establecimientos se llenan de artículos que estamos hartos de ver año tras año. Los famosos y equivocadamente llamados básicos.
Las prendas de temporada que nos han flipado tanto y que buscamos en las rebajas vuelan en 2 días. ¿Cómo es posible? ¿Pero, si ellos fabrican a millones cada temporada? ¿Qué pasa, es que todas las chicas se han querido comprar el mismo vestido? JA, JA, JA
Bueno, da qué pensar, pero no es el objetivo de este post.
Más bien es arrojar algo de conciencia en esta época en la que las compras se vuelven más compulsivas que nunca.
¿Para qué sirven, realmente, las rebajas? La respuesta es, para diseñar y crear nuestro fondo de armario. Claro que no comprando esos saldos, seamos inteligentes.
Aprovechemos esos ofertones de las boutiques, franquicias con diseño y calidad, corners, tiendas multi marca y pequeños establecimientos con prendas únicas, vintage, originalidad y creatividad. En estos lugares llegan a ofrecer unas muy buenas rebajas y que buena idea adquirir nuestras mejores prendas a un precio algo más decente y asequible.
Claro que para ir a comprar nuestro fondo de armario debemos ser racionales. El diseño y adquisición del guardarropa básico se realiza con la mente fría y se aconseja proceder al shopping sabiendo qué se quiere comprar según nuestras necesidades. Aquí no vale el consumismo feroz, no vale me compro 5 tops por 50€ en lugar de 2. !Estamos hablando de nuestro fondo de armario!
Vale, y qué es verdaderamente el fondo de armario. Es el conjunto de prendas, complementos y accesorios que responden a nuestras necesidades sociales y profesionales, estilo de vida y físico. Son las prendas con las que nos encontramos cómodos, las que nos sientan bien, nos favorecen, las que más usamos y combinamos con otros elementos y alguna cosilla de moda.
Estoy hablando de asesoramiento de imagen personal.
Una de las claves de una imagen auténtica, propia y bien definida es tener muy claro el concepto del guardarropa básico o fondo de armario. Éste consiste en prendas básicas de calidad, que van totalmente con la persona, de diseño atemporal y combinable con casi cualquier cosa, que el cambio de algún accesorio la haga versátil a casi cualquier momento del día e incluso ocasión. Y no vale eso que leo en blogs, e incluso en libros de asesoría de imagen dicen, "chaqueta negra, pantalón negro, camisa blanca, bailarinas, sólo colores neutros...", esto no es posible si no casa con nuestro estilo personal.
Existen reglas generales de cómo se debe diseñar el fondo de armario, pero algo puede cambiar ya que las personas somos diferentes, no será el mismo el de un comercial de telefonía móvil que el de un informático, el de una profesora de instituto que el de una diseñadora de moda.
El primer paso es hacer un análisis de nuestro actual ropero y objetivamente marcar las prendas que nos definen, los colores, los accesorios. Analizar nuestro tipo de vida, profesión, vida social, hobbies...
Una vez realizado este complejo trabajo se pasa a la acción, al shopping. Éste se lleva a cabo en varias sesiones, por supuesto, pero cada sesión de compras debe finalizar con la adquisición de algunas prendas para el ropero, ojo.
Os invito a que empecéis en estas mismas rebajas, visitad esos comercios que ofrecen productos de calidad, diseño, con cierta exclusividad. No tengáis miedo a comprar menos pero mejor. El secreto de una imagen auténtica y elegante es trabajarla.
